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El monasterio de Valpuesta (construido a partir de una ermita encontrada por el obispo Juan en el año 804) fue durante casi trescientos años, centro regulados de otros monasterios e iglesias. Consta de una sola nave que termina al este en el abside, la parte quizá más estrecha por sus estrechos ventanales. Entre sus muros se han vivido infinidad de historias, pero sin duda la más reseñable nos la muestran sus cartularios valpostanos, documentos que nos muestran los primeros rasgos de la lengua castellana.

De la colegiata de Valpuesta debemos destacar sobre todo sus vidrieras, el calustro que alberga cuatro capillas en su interior, y el retablo.

Las Vidrieras:             

Estas vidrieras estaban colocadas al este del edificio, de tal forma que les diera la luz de la mañana. Debido a que el retablo mayor de la iglesia cubría parte de ellas, hasta hace muy poco no han popdido ser contempladas en todo su estplendor.

Podemos contemplar escenas tales como la Adoración de los Reyes Magos o la Crucifixión, así como ver ángeles, apóstoles, leones, ciudades, paisajes increibles, hasta simbolos esotéricos bien escondidos. 

La importancia de las vidieras es comparable a las que existen en la Capilla del Condestable de la Catedral de Burgos o las de la Catedral de León. Este hecho nos da una idea de la importancia que tuvo en su época la colegiata de Valpuesta.

El Claustro:            

El calaustro de un monasterio es el centro de la actividad diaria de sus monjes, mientras que la iglesia lo es de la vida espiritual. La planta, por lo general rectangular o cuadrada, rodea al patio principal y sirve de enlace o comunicación a las diversas dependencias conventuales. Es lugar también donde la comunidad celebra las procesiones y los momentos de expansión y recreo.

En el claustro existen cuatro capillas; una contiene el retablo de cristo, otra alberga el sepulcro de Arcediano Sebastián, y dos postizas, una en la que se encuentra la tumba de los Guinea y Pinedo, y otra de desconocida advocación.

El Retablo:            

El retablo de la colegiata de Valpuesta presenta una gran calidad artística. Destacan doce importantes tallas, que representan a los doce apostoles. Son figuras muy espresivas. Especial mención del retablo merece su parte baja o predela, compuesta por una docena de pequeños relieves tallados y pintados de tal modo que parecen marfiles. Lo más meritorio del retablo es su banco, donde se representa la vida de la virgen, desde sus desposorios hasta la Asunción.